Profesorado de Educación Secundaria en Matemática

 

 

Fundamentación de la Propuesta Curricular

Institucional para la Formación Docente

En el marco de la Transformación del Sistema Educativo Argentino, quienes compartimos la responsabilidad de formar docentes, necesitamos repensar y resignificar los procesos formativos que generamos en el ámbito del ISFD, desde una propuesta curricular institucional superadora. Esto supone asumir una formación docente que permita enfrentar las demandas derivadas de la condición social posmoderna que, exigen una educación integrada pero especializada, homogeneizadora, pero diversificada, local y global, que busca el cambio pero que también preciso continuidad.

Frente a las necesidades que plantea la compleja práctica educativa, la profesionalización docente desde el rol protagónico que le asigna el proceso de transformación educativa, implica el desarrollo y consolidación de competencias, que potencien capacidades para comprender y analizar la producción, validación de los conocimientos y procedimientos del campo disciplinar de su incumbencia, la realidad educativa en sus múltiples dimensiones y definir estrategias de intervención, que garanticen un trabajo pedagógico reflexivo, crítico y comprometido, acorde con las expectativas socialmente compartidas en torno a la calidad educativa

Sabemos que una propuesta curricular, no resulta innovadora por el solo hecho de modificar un plan de estudios, sino que significa enfrentar el desafío de plantear un cambio a nivel de la tarea de formación y de los marcos epistemológicos, organizativos y vivénciales que orientan el cotidiano institucional.

En razón de ello, nuestra institución ha asumido el compromiso ineludible de analizar la actividad profesional para la que quiere formar, en el convencimiento de que la tarea docente, requiere ser pensada desde todas las dimensiones involucradas en el ejercicio de dicho rol.

En tal sentido, el proyecto curricular del ISFD «Joaquin V. Gonzalez», como aspectos sustantivos del PEI, pretende constituirse en un marco referencial de las concepciones y compromisos de acción aceptados, compartidos y promovidos institucionalmente.

La tarea docente como objeto de un trabajo de construcción, tiene como eje la práctica que representa el ámbito de convergencia de la capacitación, perfeccionamiento, actualización pedagógica y disciplinar y de la investigación.

Los elementos constitutivos de dicha práctica son la acción y la reflexión, toda vez que la praxis necesita de una teoría que la ilumine, pero supone también una relación reflexiva entre ésta y la teoría en la que se construyen mutuamente.

La relación teoría y práctica planteadas, no se reduce al hacer, sino que debe permitir la problematización de la acción sostenida con los aportes teóricos.

Tampoco se reduce al pensar, puesto que la reflexión debe estar centrada en una práctica. De este modo, teoría y práctica, constituyen un entramado particular que se retroalimenta permanentemente, articulando la reflexión y la experiencia a lo largo de toda la formación

En este sentido, el curriculum como proyecto selectivo de cultura, «como tentativa para comunicar los principios y rasgos esenciales de un propósito educativo» (1 es una construcción cultural y social. Como documento sustenta principios que orientan finalidades, contenidos y procesos que proporcionan un referente para las prácticas. Sin embargo el currículum se configura en la práctica pedagógica como interacción dinámica entre la reflexión y la acción, como un proceso activo en el que la planificación y la evaluación se relacionan y se integran en procesos.

Puesto que un currículum tiene su base en la práctica y a partir de la reflexión y análisis sobre ella, prevé los cambios necesarios y la forma de llevarlo a la acción, se lo concibe no como producto acabado que se enseña sino como una construcción conjunta en permanente transformación. De allí la intención de un currículum flexible y abierto a sucesivas adaptaciones.

La validación de este currículum en proceso requiere de un perfil que involucre al docente como investigador de su propia práctica, como modo de enriquecer la teoría pedagógica, afianzar y reelaborar el conocimiento que como docente tiene acerca de la enseñanza y así transformar la realidad

Desde esta concepción de currículum que se sostiene, el conocimiento es entendido como una construcción activa, de carácter problemático, provisorio y perfectible que implica tanto un proceso de producción, verificación, validación y comunicación, como un producto, es decir un cuerpo estructurado de conocimientos susceptible de ser enseñado y aprendido.

Producir conocimientos en esta institución significa encontrar nuevos modos de operar sobre la realidad, realizar nuevas elaboraciones teóricas, revalorizar y resignificar los saberes previos

En tal sentido se desea que el conocimiento ocupe un lugar relevante en la institución, que sea fundamentado epistemológicamente, integrado, contextualizado y aplicable; que sirva para operar en la realidad. Que se base en la equidad y por lo tanto en la diversificación de la oferta cognoscitiva.

Tales supuestos implican que se aceptan y promuevan institucionalmente como actitudes relativas a la relación con el objeto de conocimiento la autonomía, la libertad de juicio, la independencia de opinión y de criterio, la cooperación y la apertura intelectual, desechando el dogmatismo, el conservadorismo y la apelación al principio de autoridad.

La enseñanza entraña un complejo proceso de mediación entre los alumnos y los conocimientos provenientes del campo científico. En tanto mediación implica una forma de acción comunicativa, a través de la cual el docente facilita al alumno la apropiación del conocimiento.